PLANES EN PERÚ

Sala Osma, suena a buena música y buena coctelería

 

Más que un espacio de nostalgia, Sala Osma, en Barranco, se ha convertido en un punto de encuentro para todos aquellos que tienen al arte, a la cultura, a la música, a la diversión y a la buena onda como emblemas.

Es viernes y Sala Osma está abarrotada. Con pocos meses de abierto, ya se ha convertido en un lugar de peregrinación para todos aquellos que buscan arte, música y mucha diversión en Barranco.

Lugar de peregrinación porque hasta allí no solo llegan los barranquinos, sino devotos de toda Lima y del mundo: un francés, un inglés, un estadounidense y más, pues ya se corrió la voz que es un templo politeísta donde, si es martes o miércoles, además de escuchar estupenda música, podrás ver una obra de teatro; si es jueves o viernes, oír y bailar las melodías que entusiasman al mundo; si es sábado,  disfrutar de una fiesta temática, y todos los días saber cómo viene el arte peruano contemporáneo porque aquí han expuesto, y exponen, artistas plásticos y fotógrafos como Guillermo Palacios, Conrad Flórez, Yayo López, Joaquín Liébana y muchos más. Es decir, más que una discoteca o una sala de conciertos, Sala Osma es un verdadero epicentro cultural.

Ramón Pérez Pietro, uno de sus promotores, y uno de los más destacados músicos peruanos pues integra Novalima, quizás la banda de música electrónica peruana con mayor presencia internacional, nos dice que Sala Osma es el lugar con el que sus socios y él siempre soñaron: un refugio, un oasis; el lugar al que ir en busca de aquello que siempre los emocionó, la cultura y la música, pero con altísimos estándares.

“Nuestros equipos de sonido son de última generación, de avanzada. Como músico, siempre sufrí con la calidad de sonido que ofrecían los lugares donde tocaba. No quisimos caer en ese error; entonces, decidimos ofrecer el mejor sonido que existe. Si tenemos que cambiar un mueble, una repisa del local para que el sonido sea perfecto, pues lo hacemos. Así de cuidadosos y obsesivos somos. Además, tenemos un ingeniero de sonido permanente, lo que asegura que siempre sonemos bien”.

El público agradece este cuidado. Por eso, Sala Osma luce abarrotada siempre. Además, han tenido el tino de ser diversos. Si bien sus promotores provienen del rock y de la electrónica, saben que hoy la gente transita por diversos géneros sin hacerse ningún problema: pueden cantar una de The Cure y, más tarde, bailar una de Lavoe y cerrar la noche con pachangas de Bad Bunny o Rosalía ¡Bienvenida la multiculturalidad! 

Por eso, sus fiestas temáticas, que se celebran todos los sábados, han tenido tanto éxito. Un sábado puede celebrarse allí Gorila Amarillo, dedicado al rock en español, y el siguiente, Estación Mercurio, con emblemas del postpunk; y el siguiente, Stigma, britpop de los 80 y 90, y cerrar el mes con Pikante, dedicado a la salsa y a los ritmos latinos… y que lo sepa (y baile) todo el mundo.

BUENAS MELODÍAS, GRANDES CÓCTELES

Claro, en Sala Osma no todo es música y arte. “Buscamos la excelencia en música, arte, coctelería y gastronomía”, nos dice Pérez Prieto.

Por eso, ofrecen grandes cócteles. En bebidas le rinden tributo a los clásicos. Si bien tienen coctelería de autor creada por Daniel Gutiérrez, ex bartender de Central, muchos de sus clientes optan por aquellas bebidas que, como la música que escuchan, han marcado la historia.

Uno de los cócteles que más se vende es el Gin Tonic, pero el de Sala Osma está repotenciado porque es preparado con gin Tanqueray N⁰ Ten. Como complementos, en una copa balón vierten agua tónica, mucho hielo y cítricos. Cuando el destilado base es una joya, menos es más.

Su Espresso martini, que sale de las manos de su competente barman Andreé Gómez, es otra belleza gracias a su sabia mezcla de vodka Smirnoff, café espresso (de origen, cómo no, pues el Perú es tierra de café), sirope de la casa y licor de café. Este cóctel une las virtudes de un buen Dry martini con la contundencia de un gran café.

Ah, como no solo de música y estupendos cócteles vive el hombre, también hay una carta variada de comida donde destaca el pulpo a la parrilla, tan versátil que, si uno quiere refrescar el bocado, pues toma un poco de gin tonic, pero si lo queremos complejizar, nada mejor que un sorbo del Espresso martini.

La noche recién comienza. Bien comidos y con un gin tonic en la mano nos vamos hacia la pista a bailar. ¿Nos sigues?

*TOMAR BEBIDAS ALCOHÓLICAS EN EXCESO ES DAÑINO