PLANES EN PERÚ

Lady Bee, el bar de Lima que está entre los mejores del mundo, estrena local en Barranco

Ubicado en Barranco, el espacio resulta íntimo, cercano, del tamaño justo; con buena música, buen ambiente, mucha hospitalidad y, claro, con estupenda coctelería.

La Lima gastronómica sigue en ebullición, una que se alimenta no solo de estupendos restaurantes sino de magníficos bares. 

Acaba de salir la lista de los Top 10 de los Shaker Awards, que elige al “Mejor Bar de Latinoamérica”. De los 10 nominados, tres son peruanos: Carnaval, Sastrería Martínez y Lady Bee.

Buenos Aires y Sao Paulo, referentes de la coctelería en esta parte del mundo, tienen dos candidatos cada uno; Cartagena también dos, y Bogotá, uno. Es decir, según los rankings internacionales no solo tenemos a los mejores restaurantes de la región sino, además, a algunos de los mejores bares. Lo repetimos, Lima está en ebullición.

Y como en terrenos de comida y bebida, las buenas nuevas no paran de llegar, Lady Bee, el bar peruano mejor ubicado en estos ránkings, acaba de inaugurar su nuevo local, esta vez en el barrio bohemio de Barranco, un espacio que, al fin, está a la altura de la calidad y de las ambiciones de su tridente creativo: Alonso Palomino y las hermanas Gabriela y Alejandra León. Conozcámoslo.

LADY BEE, MÁS QUE UN BAR, UNA EXPERIENCIA TOTAL

El bar ha sido diseñado por la arquitecta Adriana Fløistad (quien estuvo a cargo de MASI, el nuevo concepto inmersivo de Central, de Virgilio Martínez) y, como corresponde, le hace guiños al nombre y concepto de Lady Bee: simula un panal de las abejas meliponas (aquellas que producen una miel excepcional, pero no tienen aguijón) y puede albergar, en el salón y en la barra, a 38 personas.

El nuevo Lady Bee cuenta con cuatro barras, un espacio de producción abierto (que todos podemos admirar), una cocina con los últimos avances de la tecnología, y pronto abrirá su terraza. 

Alonso Palomino, su “head bartender”, nos explica la evolución que ha vivido el bar: “El concepto de Lady Bee ha ido mutando en el tiempo. Al inicio, queríamos montar un restaurante, pero optamos por un bar porque este nos daba más libertad. Entonces, abrimos en Miraflores, en un local para 18 personas.

Con el paso del tiempo, este nos resultó pequeño, incómodo, no solo por su espacio sino porque, además, crecimos como equipo. Empezamos con cinco personas, cerramos con 11. Y solo atendíamos a 18 clientes”.

Pero no solo había un tema de espacio. Lady Bee era alabado, con unanimidad por su coctelería, pero criticado por su minimalismo extremo. Palomino lo reconoce: “No sentíamos el espíritu de bar que pretendíamos; el ambiente no era el que nosotros buscábamos. No nos podíamos expresar en todas nuestras dimensiones”.

Con el local de Miraflores ya cerrado, hoy, por fin, tienen un local a la altura de su talento, de la calidad de su propuesta. “Queríamos un lugar íntimo, cercano, del tamaño justo; con buena música, buen ambiente, con mucha hospitalidad y, claro, con estupenda coctelería”, nos explica Alonso. Lo han logrado.

“Tenemos cuatro barras abiertas. Todas han sido diseñadas por nosotros, no solo pensando en su aspecto estético sino en su funcionalidad, en su eficiencia. Hay estaciones de coctelería y otras de hospitalidad: buscamos que nuestros visitantes la pasen superbién. Más que saber mil recetas buscamos bartenders que, además de competencia en su oficio, sean buenos anfitriones”.

Sobre la cocina, a cargo de Gabriela León, además de su socia y esposa, directora de creatividad de Lady Bee, nos dice: “La cocina es nuestro factor sorpresa, lo que hace que seamos una experiencia total. Buscamos ser competitivos a nivel internacional. En el mundo, los bares están cambiando, mutando, hacia una comunión entre comida y bebida. Ya pasaron aquellos días donde los bares tenían mucha coctelería y solo dos o tres opciones de comida, pero, si queremos aprovechar el Perú –un país gastronómico con mucha historia y cultura, y una despensa riquísima– debemos usar todo aquello que nos provee”.

Es decir, en Lady Bee hay coherencia, un trabajo 360 que no solo se reta día a día en los cócteles sino, además, en la comida que sirven y en la hospitalidad que ofrecen, siempre teniendo al Perú como bandera: “El nuevo local y sus recursos logísticos y humanos nos otorga más herramientas para expresar mejor al Perú, para profundizar nuestro proceso de exploración e investigación de su despensa”, agrega Palomino.

La industria de los bares en el Perú está creciendo. En Lady Bee lo tienen claro, por eso, buscan una permanencia en el tiempo en base a la calidad: “Nuestras ambiciones van por estar a la altura del Perú y su alta gastronomía, de lugares como Central, Kjolle, Mérito y, claro, de Maido, que acaba de ser nombrado “Mejor Restaurante del Mundo” por los 50 Best Restaurants.

Felizmente, al Perú los turistas no vienen solo por un restaurante, por un bar; vienen por nuestra diversidad de propuestas. Por eso, el éxito de uno puede beneficiarnos a todos: lo vivimos cuando Central fue nombrado como el Mejor Restaurante del Mundo, y lo volveremos a vivir ahora con Maido. Los bares debemos aprovechar esta situación”.

Recordemos que Lady Bee se ubica en el puesto 16 entre los “Mejores Bares del Mundo” de la famosa lista de los 50 Best Bars. “No nos obsesionan los ránkings. Nuestra aparición en algunos de ellos ha sido orgánica. Los premios y reconocimientos atraen a la gente, sin duda, pero no pagan las cuentas. Por eso, antes que pensar en ellos buscamos ser sólidos, consistentes, cada vez mejores”.

ALTA COCTELERÍA EN LADY BEE

Y aunque Lady Bee mira al Perú, es consciente que su horizonte debe ser global. Por eso, su trabajo conjunto con marcas internacionales como los destilados que conforman el portafolio de lujo de Diageo, es fundamental. 

“Queremos ser un bar al que la gente venga con frecuencia y, a la vez, ser una ventana hacia el mundo. Por eso, nuestro trabajo con Diageo es permanente. Por ejemplo, nos gusta la coctelería clásica, entonces, si alguien nos pide un Mojito o un Manhattan, se los serviremos con destilados internacionales, como los de Diageo”.

Pero en Lady Bee no solo los clásicos son trabajados con estos destilados, sino también algunos de sus más logrados cócteles de autor. Un clásico es el “Mandarina Molle”, su versión de un negroni… solo que muchísimo mejor.

Palomino y su equipo han conseguido una sólida deconstrucción de los perfiles más notorios de este clásico global: lo cítrico del gin Tanqueray N° Ten es potenciado con las pieles de mandarina de su receta, y las notas herbales del molle ensamblan de manera perfecta con el blend de vermús y bitters. Como garnish (y maridaje), un chocolate bitter de origen cusqueño.

“Manzana Agria” es otra maravilla. Uno de los descriptores de aroma del whisky single malt The Singleton 12 es la manzana. Entonces, había que potenciar esta cualidad usando manzanas rostizadas, a las que le suman el sargazo, esa alga marina (esta vez proveniente de la playa Mendieta, en Ica), que potencia las notas salinas y ahumadas propias de este icónico single malt. Para refrescarlo, agua tónica y una tulipa del sargazo como garnish. Placer. Placer. Placer.

“Nuez de Madre de Dios” es su versión de otro clásico, el Penicillin. Su alquímica fórmula contiene whisky Johnnie Walker Double Black infusionado con nueces (castañas) de Madre de Dios (de allí el nombre del cóctel), miel y ají charapita. Pica, gusta, emociona.

“Codium” es su versión de la Margarita. La mejor que hemos probado, no lo dudes. Como en Lady Bee la calidad es extrema, el tequila de su fórmula no podía ser otro que Don Julio Reposado. Como aliados precisos: limón rugoso de la Amazonía peruana, un poco de vino de Jerez y sal de Codium, que es un alga marina (a la que le dicen “alga percebes”) que también proviene de Ica. 

La carta ha crecido, ha mejorado, sigue emocionando. Lady Bee ya no solo es uno de los mejores bares del Perú sino del mundo. En octubre se hará pública la nueva lista global de los 50 Best Bars. Este bar peruano, estamos seguros, será Top 10; quizás Top 5. ¿Alguien se anima a apostar?

 

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