PLANES EN PERÚ

¿Cuáles son los restobares limeños más populares en las redes sociales? ¡Conócelos!

 

Si el éxito se midiese solo en el número de seguidores e interacciones en las redes sociales, Cala, La Cuadra de Salvador y Los Parientes serían los mejores restobares limeños ¡Entérate de las razones de su merecido éxito!

En Lima, siempre se puede comer y beber bien. Aunque el tan mentado boom de la cocina peruana empezó hace casi dos décadas, la escena gastronómica felizmente ha ido renovándose. Cada vez hay nuevos espacios para comer sabroso y beber mejor, y los clásicos han sabido reinventarse.

De esta situación hacen eco las redes sociales. El tan mentado “boca a boca”, ese ejercicio informativo de recomendar lo imprescindible ya no solo se realiza de forma presencial cuando los amigos, los familiares o los conocidos se encuentran, sino, sobre todo, a través de las redes sociales. En términos de la buena vida, un cocinero, un bartender, un periodista, un foodie, un influencer, una página especializada, un portal sibarita, un grupo de WhatsApp, una página en Instagram, una comunidad en TikTok, son hoy nuestra principal fuente de información. 

Además, es muy probable que ese lugar recomendado sea muy “instagrameable”, muy fotografiable, por su diseño particular, por las experiencias divertidas que ofrece o porque lo allí vivido y gozado es tan significativo que merece la pena ser contado.

En esta Lima golosa, vistosa y tecnológica, tres de los restobares ineludibles, de gran y notoria presencia en Instagram, TikTok, Facebook y demás redes sociales, son el ya clásico Cala, el siempre llamativo La Cuadra de Salvador y el novísimo Los Parientes. Sepamos por qué son los preferidos de todos los que con un celular caminan por el mundo. 

CALA, UN CLÁSICO

Abrió sus puertas en el verano del 2006. Está a punto de cumplir la mayoría de edad y ha sido protagonista del avance arrollador de la cocina peruana.

En Cala, gracias al trabajo consistente de cocineros como Alfredo Aramburú, Ivan Kisic, Carlos Testino y hoy Francisco “Paco” Lozano, se han creado algunos de los platos que han contribuido a cimentar la solidez y el prestigio de la cocina peruana del siglo XXI. 

Pero como el mundo, gracias a la tecnología, no camina sino vuela, resulta imprescindible renovarse. Y Cala ha sabido hacerlo, primero, manteniendo su romance con sus clientes de toda la vida, y luego conquistando a los más jóvenes, quienes encuentran en su sabrosa comida, en su privilegiada ubicación frente al mar, en su estupenda coctelería y en el espíritu festivo que allí se impone, razones para volver y volver… y recomendar el lugar.

¿Y qué encuentra uno hoy en Cala? Novedades, siempre novedades. La dupla creativa la conforman el chef Francisco “Paco” Lozano, y Manuel “Manu” Cigarróstegui, bartender corporativo del Grupo Aramburú. Lo interesante de esta dupla es que tienen vasos comunicantes, un diálogo fluido que les permite interactuar, una armonía entre comida y cócteles que uno no tiene más que agradecer y, a veces, hasta aplaudir. 

Para empezar, un negroni con ginebra Tanqueray N° Ten. Como travieso complemento, sashimi de salmón y atún toro. Tanto el salmón como el atún tienen un contenido graso que resiste, y hasta armoniza, con la potencia de este logrado negroni. 

Con el alma dispuesta y el apetito apareciendo, es la hora de una Tower Cala que consiste en piqueo multicolor y variado donde hay una causita de cangrejo, un pulpito al olivo, un tartar de salmón con kiuri (pepino japonés), unas navajas con cushuro y leche de tigre de ají amarillo, unas almejas fresquísimas con chalaquita, otras con alcaparras y aceite de oliva, unas conchas Alfresco con ponzu, y hasta unas uñas de cangrejo en salmorejo picante. Purita complejidad. ¿Y qué cóctel recomienda Cigarróstegui? Dos estrenos de su carta. Primero, Elixir, que tiene como base un mix de vodkas –Cîroc y Smirnoff–, el maravilloso sachatomate, una fruta con tonos cítricos y dulzones que crece en los andes peruanos, alcaparras, jalapeños y aceites cítricos. Luego, Trocha, un cóctel preparado con whisky Johnnie Walker Double Black, un amargo de nuez negra, limón mandarino, jarabe de acerola (una especie de cereza amazónica) y otros ingredientes selváticos.

El clásico del restaurante es el Cebiche Cala, cuya particularidad está en su lograda crema de cilantro, una leche de tigre con tonos verdes que cubre una pesca de lujo, que hoy puede ser mero; mañana, corvina, y pasado, lenguado. Para darle un toque crujiente y vistoso, calamares en perfecta fritura. Para este cebichazo, Cigarróstegui recomienda un nuevo estreno, Chicha caprichosa. Lo ha bautizado así porque al gin Tanqueray Sevilla lo ha unido con un fermento de maíz morado (de allí el nombre del cóctel), un vino espumoso, té matcha y sal de orégano. Un cóctel para una vida juntos.

Estamos en temporada de erizos, y vaya que en Cala los preparan bien. Como todo ingrediente de excelencia exige, la intervención debe de ser mínima. ¿Qué les pusieron? Caviar de salmón, chalaquita, una leche de tigre nikkei y listo. Deliciosos. Para armonizarlos, una sutileza, una Smile Collins preparado con gin Tanqueray London Dry, gel de cúrcuma, óleo de plátano y una solución cítrica donde destaca el limón mandarino. Como dice Cigarróstegui, “los Collins están volviendo con fuerza porque siempre ‘menos es más”.

¿Necesitas más información para darte cuenta de las razones del éxito de Cala? Deja todo lo que tienes por hacer y vuela. De yapa, una preciosa vista al mar.

Cóctel Negroni en balcón de restobar Cala
Cóctel Ying Yang Royale en una jarra de vidrio

LA CUADRA DE SALVADOR, TEMPLO DE LA CARNE

La Cuadra de Salvador es un steakhouse sabroso y fastuoso que acaba de cumplir 10 años. Abrió su primer local en una amplia y hermosa casona barranquina de principios del siglo XX. 

La apuesta fue arriesgada no solo por la amplitud del espacio, sino también porque al ser un steakhouse americano estaba lejos de las costumbres culinarias de un país que asociaba a las carnes con el estilo argentino.

En La Cuadra de Salvador mandan los T-Bone, el Porterhouse, el Tenderloin Steak, el Rib Eye (bife ancho), el Back Ribs. Además, todo pasa por un horno bróiler. “Debido a su alta temperatura, carameliza de inmediato la superficie de la carne. Logra así un sellado perfecto y, como plus, conserva los jugos en su interior”, nos dice Luis Alarcón, chef creativo del restaurante.

Hoy La Cuadra tiene tres locales, en Barranco, San Isidro y Surco, y todos son un suceso, pues a su sabrosa propuesta de cocina han sabido sumarle diversión, una que viene acompañada de shows en vivo y los DJ más capos de Lima, y una estupenda coctelería de autor que tiene en los whiskies de Johnnie Walker, los rones de Zacapa, los tequilas de Don Julio, los gines de Tanqueray, los vodkas de Cîroc y Smirnoff, los insumos ideales para potenciar su talento y creatividad.

Uno de los platos logrados de este steakhouse es el Tartar trufado de lomo fino, que viene coronado con una yema de huevo. Alfredo Lerzundi, bartender y sumiller del local de San Isidro, sugiere como maridaje ideal un Ying Yang Royale, que lleva gin Tanqueray Royale, ácido cítrico, triple sec, fat washing de oliva y agua tónica. “Mi intención es contrastar la potencia de la carne con algo de frescura”, agrega Lerzundi.

Para seguir es inevitable un New York, un corte que, para muchos, es el más sabroso que existe por su marmoleado, su grasa buena y su vecindad con el hueso. Como complemento, una ensalada wedge con lechuga americana y vinagreta de queso azul. Deliciosa. 

Para maridar tanto brío, Lerzundi propone un Singleton Honey preparado con whisky single malt The Singleton 12, miel de abeja, zumo de limón y extracto de kion. Como los conocedores afirman, nada mejor para cortar lo graso que un toque cítrico con algo de acidez. Además, hay un match entre el ahumado de la carne y el del single malt, pues, como en la vida, en la buena mesa los opuestos se atraen.

LOS PARIENTES, NUEVOS Y MUY QUERIBLES

La de Los Parientes es una historia de esfuerzo, amor y pasión, una historia que da gusto contar. 

Gonzalo Arbulú y Yanet Borja son los gestores de este novísimo emprendimiento. Pareja desde hace más de 10 años “hoy, que estamos casados, tenemos dos hijos, uno humano y otro convertido en restaurante”, nos dice Gonzalo mientras nos va contando cómo surgió Los Parientes.

Arbulú no es ajeno a la gastronomía. Su padre, también Gonzalo, fue socio del recordado Roxi, un recordado restaurante miraflorino que tuvo gran éxito. Allí, Gonzalo era cajero. Allí se deslumbró con la vorágine de una cocina. Allí quiso ser cocinero. 

Arbulú es bastante carismático, un comunicador nato. Con la pandemia, y debido al encierro, empezó a cocinar. Así nació, en Instagram, Gonzalito Cocina, un espacio de éxito inmediato que lo convirtió en un influencer con miles de seguidores.

Su pequeño departamento se convirtió en un centro de producción y, poco a poco, por la gran cantidad de pedidos que tenía, la cocina fue ocupando todos los ambientes de su casa, nos dice Yanet, quien estudió Administración Hotelera, y antes de la pandemia era productora de eventos. 

Al poco tiempo, y con la experiencia de Yanet, crearon “Gonzalo Arbulú - Comida & Catering”, una empresa dedicada a proveer de buena comida y bebida a los eventos top de Lima… como la reciente fiesta del lanzamiento en Lima del tequila Don Julio.

Pero Gonzalo y Yanet tenían la ilusión del restaurante propio. Buscaron un lugar ideal para montarlo y encontraron el local propicio en la calle Mendiburu. Ahora necesitaban socios. Los primeros en acudir a su llamado fueron sus parientes, Ricardo de la Piedra y Joaquín de los Ríos, ambos primos de Gonzalo. Tiempo después se sumó Gonzalo Arbulú papá. Con esta colaborativa y entusiasta empatía, el restaurante ya tenía nombre, Los Parientes. También acudió Diageo, empresa líder del sector de bebidas, con su portafolio top, con el gin Tanqueray N° Ten que tanto emociona a Gonzalo, o un whisky Johnnie Walker Gold Label, ideal para el Rob Roy que, en Los Parientes, sirven con un toque extra de complejidad.

“Abrimos desde el desayuno, porque queremos ser el lugar al que uno siempre puede ir. Además, siempre queremos contar una historia”, nos dice Yanet.

Pero el suceso llega con el almuerzo y la cena, turnos propicios para mostrar la potencia del talento de Gonzalo, que se hace evidente con su “Estiradito Macedonio”, que está de moda hoy en Lima por la ceremonia con la que se sirve, lo vistoso que resulta y lo sabroso que es. Sobre un plato amplio y extendido se distribuye, cual trazo de pintor, pues es un homenaje al artista Macedonio de la Torre, antepasado de Arbulú, cinco coloridas leches de tigre: una de ají amarillo, otra de rocoto, otra de culantro, una más de pescado y la quinta de beterraga. El comensal va armando sus bocados con pescado blanco cortado como sashimi, unas tortitas de choclo, una chalaquita picante y aros de calamar frito.

¿Con qué maridar este artístico portento? “Con un negroni”, dice Gonzalo, mientras nos cuenta que el suyo es especial, que su receta nació en la pandemia, en los días de encierro donde hacía lo imposible por tener algunos momentos de socialización y que, cuando lo lograba, su generosidad se manifestaba sacando los negronis no en vaso sino en jarras, eso sí, evitando que se aguase, que la dosis de sus ingredientes siempre fuese perfecta. ¿El secreto de su negroni? No usa un gin seco sino un Tanqueray Royale y antes de llegar a mesa, el vaso es ahumado con romero. Buenazo.

Sus croquetas de pollo y sus champiñones rellenos son también un suceso. Para terminar de darle carácter a estos platos, Arbulú recomienda como maridaje una variación de su Rob Roy, uno que además del whisky single malt The Singleton 12 lleva como ingrediente único una extracción de café de origen peruano extraído en una V-60, el método de filtrado preferido por los sibaritas top.

Así es Los Parientes, un lugar que, a pesar de sus pocos meses de abierto, ya tiene muchas historias que contar y varias delicias que mostrar. Provecho.

Plato croquetas de pollo y champiñones acompañado con  el cóctel  Rob Roy