PLANES EN PERÚ

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Barranco, es uno de los distritos más queridos de Lima. Territorio de poetas, artistas y bohemios, mantiene su impronta apasionada gracias a la aparición de nuevos espacios que convocan a la diversión y la buena vida. Este espíritu sigue intacto con lugares imperdibles como Tardeo y La Gintonería. ¡Conozcámoslos!.

Para muchos, el distrito con más espíritu lúdico de Lima es Barranco. A inicios del siglo XX era el balneario de los limeños acomodados. Mientras sus residencias habituales se ubicaban en el Centro de Lima o a lo largo de las avenidas Leguía (hoy Arequipa) y Salaverry, sus casas de playa las construían en el siempre acogedor Barranco, encima de sus escarpados acantilados.

Quizás por esta circunstancia, por la libertad que otorga el verano, varias de las obras arquitectónicas más bellas y llamativas de Lima se construyeron en Barranco. Casas de espíritu afrancesado, con estilos como el Art Nouveau imponiéndose, y otros como el Art Decó asomándose. 

El mundo salía de la Belle Époque, las grandes guerras no se habían producido y un clima de bonanza y alegría se imponía en el mundo. Esas hermosas casas acogían a familias felices y, cuando el tiempo pasó y muchos de sus ocupantes originales dejaron de habitarlas, afortunadamente mantuvieron su espíritu festivo, muchas veces gracias a que en ellas vivieron algunos de los más grandes artistas y bohemios limeños, por ejemplo, los poetas José María Eguren y Martín Adán.

Un siglo ha pasado desde entonces, pero Barranco sigue asociado a la buena vida, a la buena mesa y al entretenimiento más completo. Y gracias a lugares como Tardeo y La Gintonería esta afirmación no es una hipérbole sino purita realidad.

 

NUNCA LLEGUES TARDE. TARDEO TE ESPERA

Tardeo es el fenómeno más impactante que la Lima divertida ha vivido en los últimos meses. Llegó por sorpresa y se impuso de inmediato. Las razones de su éxito no son complejas: gente simpática con ganas de pasarla bien, espíritu juvenil, un menú muy funcional de comida con platos sabrosos y rápidos elaborado en su versión primigenia por el muy competente cocinero Francesco de Sanctis (fundador de Síbaris y Alegría, Picantería piurana), y una excelente carta de destilados, donde tienen notoria presencia los whiskies de Johnnie Walker, los gines de Tanqueray, los rones de Zacapa, los tequilas de Don Julio y más. 

Ah, como festivos complementos, excelente música gracias a un competente DJ y una ubicación estratégica: la alegría que ofrece Tardeo retumba en una hermosa y amplia casona de inicios del siglo XX ubicada en plena avenida Grau, en el corazón de Barranco.

Tardeo abre sus puertas solo un día a la semana, los sábados, desde la 1 p.m. Dos horas antes ya es posible ver largas colas en la puerta del local, colas con jóvenes con la adrenalina a mil y muchas ganas de pasarla bien. Por eso decimos que a Tardeo nunca hay que llegar tarde. Eso sí, la espera, gracias a lo que se vivirá dentro, siempre vale la pena.

¿Qué ofrece Tardeo? En sus amplios ambientes, todos al aire libre, donde alguna vez funcionó el muy recordado restaurante Amor Amar, se ubican varios espacios, todos con el único objetivo de ofrecer jolgorio y regocijo. El lugar ha conservado el mobiliario de Amor Amar con mesas grandes, otras altas y algunos boxes exclusivos alrededor de los cuales los asistentes bailan todos los ritmos que en el mundo se imponen: al abrir sus puertas, y mientras pican algo, suena el pop que se impuso en los 80 y 90, con Soda Stereo y The Cure como emblema. Más tarde hay espacio para avanzar en el tiempo, para sumarle algo de electrónica y hasta un toque de salsa. Después de las 5 p.m., y con la adrenalina subiendo viene un poco de pachanga, con la salsa, la cumbia y los reggaetones convertidos en gritos eufóricos.

Mucho contribuye a este ambiente festivo las generosas botellas que desde la barra salen: el whisky Johnnie Walker Gold Label es emblema de los boxes VIP. Como el Perú es ronero, siempre hay a la mano cubas libres con Zacapa Ámbar y hasta con el muy exclusivo Zacapa 23. Y como el verano está por llegar, otra obligación son los gin tonics, siempre con los gines de Tanqueray. En la barra los sirven con Tanqueray London Dry, pero siempre es posible engreírse con una botella de Tanqueray N° Ten o con los siempre coloridos Tanqueray Royale y Tanqueray Sevilla. 

Tardeo es fiesta para todos, para los amigos que se reencuentran, para las amigas que organizan una despedida de soltera, para los jóvenes que quieren bailar hasta quemar la última caloría o para cantar que la vida es un carnaval… y que debe seguir así por los siglos de los siglos, y amén.

LA GINTONERÍA SIEMPRE ES DIVERSIÓN

Pedro de Osma debe ser una de las avenidas más bonitas de Barranco, de Lima, del Perú. Y lo es porque muchas de sus joyas arquitectónicas se han conservado, casonas de inicios del siglo XX que hoy acogen, algunas con pertinencia, a museos, galerías, centros culturales, bares, restaurantes y más.

Cortesía de Gonzalo Pajares

 

 

Son espacios señoriales y muy amplios y, por ello, capaces de acoger a un público numeroso y diverso, que busca diversión variada. La Gintonería se ha instalado en uno de esos lugares. En sus tres pisos uno encuentra una imponente barra con mesas altas, un lounge para empezar la noche en calma, un entrepiso propicio para encuentros más íntimos y un rooftop, donde están la barra Johnnie Walker y la zona Tanqueray, ideal para alargar la noche e incrementar, hasta el infinito, la diversión, siempre al ritmo de los compases que impone su DJ.

La Gintonería abrió hace cinco años de la mano de Iván Echegaray, un experimentado empresario de la noche limeña con varios locales exitosos en su haber, y otros por venir. La propuesta de Echegaray, siguiendo lo que en Europa se vivía esos días, consistía en darle máxima presencia a los destilados más propicios para ejecutar una coctelería fresca y lúdica, fácil de ensamblar y siempre muy vistosa, que te atrapase en vista y boca. Por eso eligió el gin, por eso optó por su mejor versión, el Tanqueray, por eso montó La Gintonería.

Sin embargo, desde el día uno en el bar no solo se sirve gin. Sí, sus gin tónic saborizados son de los más sabrosos de la ciudad, y lo son gracias a las complejas infusiones que han creado con mezclas como frutos rojos, hibisco y flor de Jamaica, que dan lugar, gracias a su fusión con un Tanqueray London Dry, al gin tonic Scarlett; o aquella donde se mezcla el gin Tanqueray N° Ten con cítricos, hierba luisa, té verde y té negro para ver nacer un Ice Gin Tonic. Pero, como nos dice Echegaray, su apuesta también va por el uso de destilados top, con el gin siempre presente, pero dándoles un espacio de honor a whiskies, tequilas, mezcales y más.

Por ejemplo, en el The Lady Pink hay, además de las notas cítricas del gin Tanqueray N° Ten, una dosis precisa de flor de Jamaica, unas gotas de toronja rosada, un dash de sirope de manzana y una onza de un aperitivo rosso italiano. Vistosa elegancia y cítrica boca. Así es esta dama que se viste de rosa. 

Cortesía de Gonzalo Pajares

 

 

La Paloma de La Gintonería debe ser una de las mejores de Lima. Y lo es gracias a la excelencia de sus ingredientes: al tequila Don Julio Reposado le han encontrado una pareja perfecta, un licor de ajíes peruanos que resalta las notas tostadas del tequila y le otorga el toque perfecto de picante… porque todos sabemos que la vida si no pica, no es vida.

El Smoke With Johnnie es un homenaje al whisky, una oda a sus notas ahumadas, a su complejidad. Por eso, el whisky con el que preparan esta mezcla es un Johnnie Walker Double Black al que le agregan vermú rosso y perfuman en la jaula de ahumado. Un aperitivo logrado, soberbio, ideal para los espíritus más broncos, para aquellos que viven a mil… y quieren seguir así.

Barranco siempre está de moda. Hay que visitarlo porque su espíritu bohemio, gracias a su gente, su buena onda y los excelentes cócteles preparados con destilados top permanece intacto.