PLANES EN PERÚ

Blue Room Experience: un evento exclusivo de Johnnie Walker

 

En el Alta Gama LiquorFest, la feria de destilados de lujo más importante del país organizada por la Distribuidora Almendariz, Johnnie Walker brindó la exclusiva experiencia “Blue Room”, donde los invitados pudieron disfrutar del icónico whisky Johnnie Walker Blue Label tanto puro como en sublimes cócteles, Una inmersión plena y memorable en terrenos de lo fastuoso.

No todos van al cielo, pocos son los elegidos, pocos son los privilegiados que tendrán el derecho de ingresar a un escenario idílico que, por sus colores y espíritu festivo, hasta parece el cielo. 

En el Alta Gama Liquorfest, Johnnie Walker Blue Label instaló el “Blue Room”, una suite donde cada hora 14 selectos invitados serían parte de la comunión entre arte, estética y una bebida de lujo; una proeza que tiene el trazo onírico de Van Gogh en “La noche estrellada”, su obra maestra, y la elegancia propia del whisky Johnnie Walker Blue Label.

Dos obras maestras se han unido en un deslumbrante espacio, el whisky más prestigioso del mundo y una de las cumbres del arte mundial. “El Johnnie Walker Blue Label es el Blended Scotch Whisky más complejo que existe”, nos dice Bruno Ferrari, embajador del portafolio de lujo de Diageo en el Perú y sumo sacerdote de la ceremonia que pronto viviremos. Pero, como sucede a menudo con este whisky, recibiremos una lección adicional: siempre es posible mejorar lo perfecto. ¿Cómo? Síguenos en esta aventura.

EXPERIENCIA BLUE ROOM EN EL ALTA GAMA LIQUORFEST

La noche es unánime en Lima y, en una de las suites del bello, centenario y señorial Country Club Lima Hotel, se ha instalado el Blue Room, un espacio para mostrar todas las bondades del Johnnie Walker Blue Label. Estamos en el Alta Gama Liquorfest, la feria de destilados más importante del país, y allí el portafolio de lujo de Diageo tiene un lugar de privilegio.

Afuera la noche es plena, pero en el Blue Room se imponen el azul y el brillo: mientras en la obra de Van Gogh el azul lo pone la noche y el dorado las estrellas; en la suite, el azul proviene de las pantallas LED de alta tecnología con las que se han cubierto las paredes, y el brillo profundo nace del dorado intenso del Blue Label. Así, decoración y bebida, como en un logrado juego de espejos, alcanzan la preciada armonía.

Pero todo rito tiene una antesala. En el living de la suite se ubica Omar López, bartender ganador de la versión 2023 del World Class Perú, el concurso de coctelería organizado por Diageo, y que hoy es el más célebre del mundo. 

Omar López, un bartender cada vez más diestro, ha desarrollado un welcome drink, una bienvenida que es elegancia pura. En su lograda mezcla destella el Johnnie Walker Gold Label, al que se le ha añadido, para darle sutileza, licor de bergamota, toques cítricos y agua tónica aromática. ¿El resultado? Un cóctel fresco y sofisticado, bonito de ver y fácil de beber, ideal como paso previo a la experiencia top que pronto viviremos.

Bruno Ferrari, experto en bebidas, preside la ceremonia, la misa celebratoria. Nos hace conscientes de nuestra situación privilegiada al darnos la siguiente información: “Los estándares de inclusión para un whisky llegan a su punto más alto en Johnnie Walker Blue Label, donde solo una de cada 10 mil barricas se considera digna de formar parte de la mezcla de este whisky excepcional”.

Johnnie Walker

EN EL CORAZÓN DE UNA OBRA MAESTRA

Instalados ya en el Blue Room, alrededor de una larga mesa, Ferrari nos informa que la experiencia constará de tres momentos, un “in crescendo” impresionante hacia el Edén donde habrá siempre Blue Label, mucho conocimiento y un maridaje perfecto.

Como en un ritual pagano, de pronto hace su ingreso Raúl Arcayo, Ice Chef de Carnaval (puesto 43 en los 50 Best Bars), y uno de los más competentes creadores de hielo, el frío espíritu de la coctelería, que en el orbe existen. En sus manos trae un inmenso bloque de hielo en cuyo interior reposa una botella de Johnnie Walker Blue Label.

La pregunta es inmediata: ¿Acaso se ha congelado el whisky? Por su composición molecular, un destilado al 40% de graduación alcohólica no se congela a menos que se lo lleve a -27° centígrados. No es este el caso. El bloque de hielo que cubre la botella sí está congelado, pero Arcayo ha tenido el cuidado necesario para solo enfriar el whisky de tal manera que su complejidad siga intacta. Sí, está muy frío. Sí, se ha transformado, pero estos cambios, de cara a lo por vivir, son un plus. Se convoca a los participantes a ayudar a romper el bloque de hielo con un cincel. Después de unos golpes certeros, la botella de whisky se muestra plena, como un alpinista que ha alcanzado la cumbre.

Ferrari, quien además dirige la edición peruana del World Class, nos dice que al enfriarse la sensación alcohólica del Johnnie Walker Blue Label disminuye y, si bien la intensidad aromática merma un tanto, gana mucha textura y peso en boca. Al lado, un vaso con agua muy fría facilita la tarea de degustación, pues equilibra las temperaturas. 

Pero, lo dicho, siempre se puede mejorar lo magistral. Para completar la experiencia nos ponen sobre la mesa una tosta con higo caramelizado y queso azul. La armonía es perfecta. Dulzor, sensación láctica e intensidad maridan de manera notable con las notas a avellanas, miel, jerez, naranjas, jengibre, sándalo, chocolate negro, toques de pimienta y frutos secos que son propias del Johnnie Walker Blue Label. 

El segundo paso de la “Experiencia Blue Room” consiste en armar nuestro propio cóctel. Sí, con el whisky Johnnie Walker Blue Label. Ferrari nos dice que hay muchas reticencias a mezclar lo sublime. Sucede que este whisky es tan complejo y elegante que puede beberse solo, pero que esto no debe ser un impedimento para buscar nuevos caminos. El único requisito es hacerlo bien, con ingredientes a la altura del whisky Johnnie Walker Blue Label y que complementen su fuerza, potencia y elegancia.

Arcayo llega con un hermoso y congelado set coctelero donde aparecen una cucharilla de bartender y un vaso mezclador hecho con hielo. Además, en el set destacan dos recipientes: uno contiene una onza de Johnnie Walker Blue Label, y el otro un batch donde se han mezclado vermú rosso italiano y un toque de miel de maple orgánica llegada desde Canadá. Los participantes vierten whisky y el contenido del segundo recipiente  en el vaso mezclador, remueven con la cucharilla y sirven en una elegante copa vintage que forma parte del set. Para cerrar, los bordes de la copa son perfumados con los aceites esenciales de una cáscara de naranja. En unos pocos minutos, gracias al Johnnie Walker Blue Label, a Bruno Ferrari y a Raúl Arcayo, nos hemos convertido en los mejores bartenders del mundo.

Pero siempre se puede mejorar lo logrado. Urban Kitchen, ese laboratorio gastronómico a cargo de Ignacio Barrios, gran cocinero peruano con experiencia en los restaurantes de Gastón Acurio, ha preparado como armonía una crema de zapallo con eneldo y láminas de salmón ahumado. Como nos sugirió Ferrari, hay que atreverse siempre a perfeccionar lo sublime. La lección ha sido aprendida.

El tercer tiempo fue igual de deslumbrante. Esta vez, el cóctel llegó a la mesa ya mezclado. Ferrari, en alquímica tarea decidió transformar en oro líquido y primoroso a una bebida. Así nació un prodigio que llevaba whisky Johnnie Walker Blue Label, jerez de Pedro Ximénez, higo pasa y talento.

El detalle que nos llevó hacia la excelencia llegó servido en un vaso corto hecho con hielo, cuyo tallado ondeado tenía reminiscencias a las olas del mar, una hermosa metáfora sobre la esencia del whisky: por un lado, una ola explosiva de sabores que se revelaban gradualmente en el paladar, y por otro, sutiles notas salinas y cosmopolitismo, pues es la bebida que más viaja por el mundo. 

Esta vez, el maridaje sugerido fue un postre, otra vez creación del gran Ignacio Barrios, de Urban Kitchen. Llevaba queso crema, maracuyá, albahaca y dulces crujientes. Los destilados, por su composición alcohólica, azúcar transformada en alcohol por las levaduras, resultan ideales para armonizar postres. Y no hay ideal más logrado que un whisky Johnnie Walker Blue Label.

¿Qué nos quedaba por hacer? Salir agradecidos. Después de la “Experiencia Blue Room” de Johnnie Walker Blue Label nuestra vida es otra, nuestra vida es mejor.