PLANES EN PERÚ
Kero, el nuevo santuario de la coctelería peruana
Kero es un templo, una catedral, una ceremonia. Y lo es gracias a su logrado diseño, buena música, una cocina de excelencia, sus referencias a las culturas precolombina y nikkei y, sobre todo, a su estupenda coctelería. Conozcámoslo.
Más que un speakeasy, Kero Lounge significa cruzar el umbral hacia un mundo paralelo, alternativo, idílico; uno creado para transportar a sus visitantes a un universo hedonista donde el placer es la máxima. ¿Cómo? Mediante una barra imponente, cócteles logrados, comida deliciosa, música cautivante y un diseño que, aunque se inspira en las culturas precolombinas, sabe ser contemporáneo y cosmopolita.
Todos estos elementos lo han convertido, con apenas dos meses de abierto, en uno de los espacios que son tendencia en Lima, uno al que toda la gente quiere ir, vivir su experiencia exclusiva e íntima y salir maravillado por todo lo disfrutado gracias a un concepto coherente, logrado y sin fisuras, y con destilados premium como los que conforman el portafolio reserve de Diageo.
Si aún no has ido, no demores más. Mientras haces tu reserva, en las siguientes líneas te ofrecemos un esbozo de lo que disfrutarás.
KERO: UN LUGAR CON HISTORIA
Kero Lounge tiene un origen, el restaurante Osaka. En efecto, como nos cuenta Jean Carlo Cárdenas, barman corporativo del grupo MCK, gestor de espacios tan exitosos como Barrio y KO, Kero era la barra de Osaka, con el que compartían la devoción por lo nikkei (esa mezcla de las culturas peruana y japonesa), el atrevimiento creativo y la obsesión por la calidad, virtudes de las que se beneficiaron los cientos de clientes que día a día los visitaban.
Poco a poco, Kero fue tomando cierta independencia, no solo en los dos locales que Osaka tiene en Lima (San Isidro y El Polo), sino en los espacios que abrió en urbes como Buenos Aires (Argentina), Santiago (Chile), Miami (Estados Unidos), Sao Paulo (Brasil) y Punta del Este (Uruguay). Es decir, había gente que iba directamente a la barra a tomar un cóctel, picar algo de la carta, relajarse con la buena música, disfrutar de la amplia terraza y el gran ambiente y, después de lo gozado, se retiraba sin pasar por los salones del restaurante. Claro, también había quien, antes de sentarse a la mesa de Osaka, tomaba una copa en la barra o cerraba la noche con un cóctel de Kero. Es decir, la versatilidad como motor del éxito.
KERO LOUNGE, VANGUARDIA INSPIRADA EN EL PASADO
Con todos estos elementos, Kero exigía un nuevo giro, uno donde profundizara todo aquello que lo había hecho célebre. Así nace Kero Lounge, que recoge todo lo aprendido en las dos décadas que el grupo MCK viene operando negocios gastronómicos.
Como concepto, Kero tiene dos estructuras sólidas: Kero Global y Kero Nativo. Jean Carlo Cárdenas nos lo explica: “Kero es el bar de todos los Osaka que en el mundo existen. Para darles identidad, hay cócteles que están presentes en todos ellos. Comparten insumos, técnicas, destilados. Para este objetivo es fundamental la presencia, en todo el mundo, del portafolio de Diageo y sus destilados icónicos. A esta carta compartida la llamamos ‘Kero Global’. Pero cada país, cada ciudad, tiene sus particularidades, sus insumos propios, irrepetibles. Con ellos desarrollamos cócteles únicos, que no pueden replicarse en otros lugares. A esto lo llamamos ‘Kero Nativo’. O sea, todas las cartas de Kero tienen cócteles únicos y otros compartidos. Este es un plus pues nos permite tener identidad propia, pero también abrirnos hacia la diversidad”.
Sobre esto se ha edificado Kero Lounge, un paso más allá en su concepto. En efecto, ingresar a Kero significa trasladarse a un mundo alternativo donde todo es mejor. El ingreso es secreto, se accede a él por una puerta oculta. Lo primero que uno encuentra es un pasadizo que envuelve y no intimida. De pronto, aparece una barra convertida en altar ceremonioso. El símil no es arbitrario: en la barra, como en los templos más famosos, prima el dorado “pan de oro”, generando de inmediato la sensación de lujo y brillo.
Si uno voltea la mirada, encuentra un salón con la temperatura de color ideal, un ambiente que da la sensación de comodidad e intimidad. La madera, el terciopelo, el metal se imponen en mesas y sillones. Las paredes están decoradas con los keros precolombinos, esos envases de arcilla que dan el nombre al local, elementos que reflejan imponencia y, por supuesto, un guiño a nuestra riqueza cultural.
Los bartenders comparten la barra con el DJ, pues en Kero hay música, casi siempre electrónica, todos los días, una música que acompaña y no invade, que es cómplice y acoge.
Si bien comparte algunos platos con Osaka, la cocina de Kero es independiente tanto en espacio físico como en creaciones. La carta ha sido elaborada por Jorge Beteta, chef corporativo de Osaka, en colaboración con Renato Espinoza, joven cocinero especializado en lo nikkei.
Kero también marca una diferencia con su menaje. Como el kero es un vaso ceremonial de cerámica, muchas de las copas y vasos en donde se sirven los creativos cócteles del bar son de arcilla, material que también es un guiño a la cultura japonesa, que lo tiene como materia prima esencial de su deslumbrante vajilla. Este insumo es opaco, pero, como bien afirma Cárdenas, “donde hay oscuridad también aparece la luz”.
Y esa luz es representada por los impresionantes cócteles que el lugar ofrece. El equipo creativo, además de Cárdenas, está integrado por Diego Gutiérrez y Nicholas Wyngaard (Sudáfrica). Juntos han conceptualizado una carta que está dividida en cuatro secciones: Kero Tokubetsu, Nikkei Style, Clásicos y Arukoru Nashi (las bebidas sin alcohol). Primero diremos que, aunque reelabore clásicos, toda la coctelería es de autor, toda tiene un sello distintivo, particular y, a veces, portentoso.
Por ejemplo, Karasu es una invitación a la celebración máxima. Su frescura –lograda a través de una sólida mezcla de tequila Don Julio Reposado, sake, frutos rojos, shrub de aguaymanto, mandarina y furikake nipón– es una invitación al placer y una invocación al verano que está por llegar. ¿Para acompañar? De la cocina sugieren un Niku Brioche (lomo tataki, palta wasabi, negi y tobiko negro).
Koi Fig es otro cóctel logrado gracias a sus ingredientes poderosos: whisky single malt The Singleton 12, licor de higo y amaro. Simpleza al extremo, porque, muchas veces, menos es más. Como armonía, un nigiri llamado Katsu que, al igual que el cóctel, deslumbra con pocos ingredientes: salmón, arroz, aceite de trufa y sal Maldon.
Chakana Onsen es, otra vez, Perú y Japón, nikkei y cosmopolitismo. Al espléndido ron Zacapa 23 le suman un toque de licor de almendras, una dosis de jugo de limón, toques de ajonjolí y un miso butterscotch, que es creación de la casa. ¿El resultado? Un cóctel que es ceremonia pura, digno de un templo convertido en barra como el de Kero Lounge. Para acompañar, un tiradito Perú (pesca del día, mayopalta, uchucuta y camote).
De los clásicos probamos su Sazerac, preparado con Johnnie Walker Black Label, un macerado con botánicos andinos y bitters. Arrojo puro con resultados notables.
Hay mucho más que contar, pero la de Kero es una experiencia que es mejor vivir. Invitado estás a este santuario mayor de la nueva coctelería peruana… mundial.
¡Descubre este y otros de los mejores restobares de Lima en The Bar Perú!
Fotos: Ale Costa.
*TOMAR BEBIDAS ALCOHÓLICAS EN EXCESO ES DAÑINO
*RAZÓN SOCIAL: DIAGEO PERÚ S.A.
*RUC: 20263158327