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Casa Bulbo en Barranco: Un bar cultural donde los cocteles de autor y el arte se fusionan en cada rincon

 

En Casa Bulbo reinan el arte y las nuevas tecnologías, expresadas en música electrónica, performances, exposiciones de arte, danza contemporánea, números circenses y, como elemento integrador, una estupenda barra de cócteles. Acá todo es fiesta.

 

Casa Bulbo es un espacio idílico donde el arte y la diversión se encuentran en feliz comunión. Allí hay danza, teatro alternativo, exposiciones de arte digital, performance, números circenses y mucha música electrónica, todo a la vez. Es decir, es un lugar multidisciplinario, un verdadero centro cultural vinculado al arte contemporáneo y las nuevas tecnologías. 

Nació hace 10 años, y hace uno se instalaron en una hermosa casona barranquina del siglo XIX, el lugar propicio para que sus proyectos cobrasen realidad.

 

ARTE Y DIVERSIÓN

Lima tiene un público, sobre todo joven, que busca dónde expresarse o dónde observar aquello que lo represente, que refleje sus inquietudes, su aprecio por el arte, manifestado, eso sí, en nuevos vehículos, digitales, tecnológicos, de avanzada. 

Los gestores de Casa Bulbo encontraron en ellos a quién dirigirse, representar y satisfacer. Diego Hidalgo, uno de sus promotores, nos dice que su proyecto nació en 2013 y su objetivo era la “gestión cultural, sobre todo de arte contemporáneo; donde se promoviera el arte digital, las nuevas tecnologías y la experimentación”.

Empezaron haciendo las llamadas “Fiestas Bulbo”, que pronto fueron ganando fama porque allí, además de mucha onda y buena música electrónica, algunas veces con DJ’s foráneos, había danza, performance, números circenses y buenos tragos. Es decir, diversión alternativa al máximo.

“La noche predispone a la gente a la música, sí, pero también a la cultura. Nosotros necesitábamos financiarnos. Por eso, nacieron las ‘Fiestas Bulbo’, para obtener recursos con los cuales financiar nuestros proyectos culturales. En nuestros diez años, antes de instalarnos en Barranco, organizamos más de 60 fiestas, siempre con temáticas diferentes, y convocamos a artistas de todo el mundo. Gracias a esto, más de cien proyectos artísticos se hicieron realidad. La noche es desfogue, socialización y celebración; es decir, es parte de nuestra cultura. Lo que nosotros nos propusimos fue darle una identidad local”, agrega Hidalgo.

Casa Bulbo está hoy en una casona construida en 1875. El lugar cuenta con cuatro ambientes multifuncionales donde un día puede haber un concierto de música experimental; otro, un espectáculo circense, y mañana, una exposición de arte digital. 

Dos de estos ambientes cuentan con acústica especial, una que permite, primero, no molestar a los vecinos y, segundo, desarrollar varias actividades en paralelo. También cuenta con un amplio patio central y, al final de la casona, con un auditorio abierto para espectáculos más grandes. En medio de estos cuatro espacios destacan dos barras cocteleras inmensas, el corazón alrededor de lo que gira todo. Casa Bulbo es un lugar en ebullición.

 

CLÁSICO Y CONTEMPORÁNEO

La primera barra está al costado del patio central. De allí salen los cócteles que animarán a la gente que conversa y danza al ritmo  de los DJ’s más vanguardistas de la ciudad. “Nuestra coctelería también pretende ser disruptiva”, nos dice Hidalgo, “por eso, tenemos como barman a Iván Piérola, uno de los más creativos de Lima. Por eso, nuestra alianza estratégica con Diageo”.

En la casona reinan el whisky Johnnie Walker y el gin Tanqueray. También hay espacio para el tequila Don Julio, pero en las creaciones con whisky es donde se aprecia mejor el espíritu contemporáneo, con muchos guiños hacia lo clásico, de su coctelería. 

Son días calurosos, y los cócteles frescos llaman a nuestra puerta. La carta Johnnie Walker de Casa Bulbo ofrece un clásico penicillin que lleva whisky Johnnie Walker Black Label, jengibre, limón y agua miel de la casa. He aquí la diferencia.

El Rob Roy, ese clásico escocés, también es servido con whisky Johnnie Walker Black Label, vermú rosso, pero es en los bitters donde, otra vez, buscan diferenciarse. La receta es secreta y, como guiño al pasado, una cereza para decorar.

El cóctel más vendido de Casa Bulbo es el Spicy Julep, un trago que es picante, que es fresco, que es buenazo. En su mezcla contiene whisky Johnnie Walker Black Label, jalapeño, limón y hierbabuena. Calienta el cuerpo y lo predispone a moverse con los dubs de la música electrónica que ya resuena en el lugar.

Pasando al gin, otra rica y fresca bebida es el Golden Drink que lleva gin Tanqueray London Dry, camu camu, aguaymanto, un jarabe con especias y agua tónica. Es cítrico, le hace guiños a un gin tónic, pero sabe y se ve mejor.

A la hora del tequila, es inevitable pedir El Mexicano, preparado con tequila Don Julio Reposado, un licor aperitivo italiano, bitters, un cordial de la casa y, en el borde del vaso, sales picantes. Pica, pica; gusta, gusta.

Casa Bulbo abre de miércoles a sábado, desde las 8 p.m. Ya se ha convertido en el lugar preferido de muchos barranquinos, de todas las generaciones: “Acá ves bailar y departir a jóvenes de 25 con gente de 40, 50, 60, 70 y 80 años. Somos divertidos, somos para todos. Como acá no hay pachanga y ponemos siempre electrónica, el público, local y foráneo, que gusta de ese estilo encuentra en Casa Bulbo su lugar ideal”.

Es verdad, como dice Hidalgo “la música electrónica es una técnica que se aplica a muchos géneros musicales como el rock, lo afro, lo latino, el jazz, etcétera”. Lo importante es que marque el ritmo de nuestros corazones… y en Barranco, ese ritmo lo pone Casa Bulbo, con mucho arte, eso sí.

 

*Imágenes gentileza Casa Bulbo.